Arrebatadoramente libre

Desnúdate. Ponte delante de un grupo de personas. Coge medio limón y cómetelo. ¿Qué sientes? Vergüenza, inseguridad, miedo, ridículo, angustia, congoja. FRAGILIDAD. Somos almas frágiles. Muchos hemos aprendido, hemos creado una coraza para protegernos, hemos madurado, hemos creído en nosotros mismos. Pero seguimos siendo frágiles, la espada de Damocles pende sobre nuestra estabilidad emocional de manera que hasta la más mínima brisa puede tambalearla. Incluso la persona más segura del mundo puede derrumbarse en algún momento, todos sabemos lo que es sentir dolor de garganta al intentar esconder lágrimas, sabemos qué es el insomnio cuando algo nos preocupa, hemos necesitado un abrazo más que el oxígeno. No hay que temer la fragilidad ni intentar esconderla. No queramos ser fuertes porque eso puede hacernos aparentar algo que no somos ni deseamos. Hay que saber gestionarla, conocerla y sobre todo conocerse a uno mismo para saber cuáles son nuestros puntos d...

Ella era nieve en las montañas más altas. Su blancura era como el sol, deslumbraba. Pero era inevitable querer mirarla porque una vez la intuías con el rabillo del ojo te hipnotizaba. Brillaba como el azúcar. Se antojaba suave y perfecta, con curvas delicadas y decorada con adornos, como abetos cubiertos de blanco  y rocas poderosas. Era magnética: nadie se conformaba con mirarla. Querían recorrerla y descubrir todos sus rincones y sus preciosas vistas. Arriesgarse, volar sintiendo la adrenalina propia de la combinación perfecta: oxígeno, velocidad y control. Y ella satisfacía a todos, a los más valientes y a los que se conformaban con sentir el placer que daba pasear tranquilamente a su lado o sobre ella, con la música que nace del silencio y el crujido suave y delicado de su susurro. Pero no era todo como parecía. Cuando ella enfurecía, sus encantos  se convertían en amenaza y riesgo extremo. Como también había embrujado al cielo y éste sólo quería complace...