Arrebatadoramente libre

Querido Papá Noel, Al grano: no quiero que me traigas nada este año. Quiero que te lleves. Quiero que te lleves la mierda de clase política que nos gobierna. Quiero que te lleves a los que chulean a los de abajo, a los que nos toman el pelo. Quiero que te lleves a los farsantes y ladrones que tienen suerte de seguir vivos. Quiero que te lleves la histeria colectiva, el pesimismo, la baja autoestima que flota por todos lados como una epidemia. Quiero que te lleves la inseguridad de los niños que oyen a sus padres decir que todo es una mierda, el miedo de los ancianos que creen que lo único que hacen aquí es estorbar, la vergüenza de los jóvenes al sentirse parásitos,  la desilusión de los artistas que ven sus sueños truncados. Las horas de insomnio de los cabezas de familia que tienen que hacer malabares para llegar a fin de mes, la culpabilidad de los que creen que no están dando a los suyos la mejor educación, la mejor vivienda, la mejor vida. Quiero que ...

Ser libre perjudica la salud. Los más placenteros vicios perjudican la salud. Las ganas de volar, el amor, las personas, también.  Pero las cicatrices son vivencias. La salud perjudicada significa que has vivido,  que has arriesgado, que has probado,  que has amado, que has sentido. Que los únicos parásitos son los estereotipos,  la fauna del mundo real, los erróneos y sus monótonas vidas. Que pica, pero pica el alma,  inquietándola, dándole vida.

Lo interminable. Lo irreal. Lo intangible. Lo insólito. Lo inimaginable. Lo insoluble. Lo inamovible. ¿Se podría decir que los sueños están creados de fantasía y que si lo fantástico se materializa no existe lo imposible? ¿Que respiramos partículas de sueños en proceso de realizarse y vivimos entre sueños cumplidos? ¿Que nosotros mismos somos un sueño de alguien que nos había deseado?