Deforme entera.

Escúchame, pedazo de roca infinito.
Comprométete conmigo, hagamos una promesa y jura que no la romperás.

Seguirás acogiéndome, me darás caricias, sudores y escalofríos.
Endurecerás mis pies de caminarte y fortalecerás mis alas
porque seguiré planeando sobre ti toda la eternidad.
Y es que es justamente eterna, como tú, como me haces sentir.

Eres mujer porque eres grácil.
Tienes delicadeza y ternura pero eres capaz de ser tempestiva y temida.
Tu inteligencia te dicta a quién debes acoger
y quién es merecedor de dormir en tu lecho.

Eres como un veneno inyectado
que puedes sentir por las venas fluir hasta que llega al corazón, al alma.
Y es entonces cuando esclavizas y tu soga inmoviliza
como si fueras una sirena que hipnotiza a un pirata
hasta tenerlo en su absoluto poder.

Escúchame, pedazo de roca infinito. 
Hechízame con tu luna y cose mi pellejo a tus rocas,
para que cada vez que esté lejos sienta un dolor insoportable
que no tenga más cura que tu luz.

Que me sienta deforme entera si no te respiro.
Que la única opción sea volver, y volver, y volver.